Está pasando. Se ha hecho realidad, y estás en la pelea de tu vida.

Todas las horas gastadas entrenando te han llevado hasta este punto. Esto es real y si pierdes puedes resultar herido o morir.

Justo cuando piensas esto recibes un puñetazo en la cara. Nunca te habían golpeado antes con el puño descubierto porque cuando entrenas se usan guantes. Y ahora un puñetazo acaba de impactar en tu nariz y crees que se ha roto.

Comienzas a sentir cómo la sangre corre por tu cara y te das cuenta de qué está pasando.

¡ESTÁS PERDIENDO LA PELEA!

En este artículo te diremos cómo detectar 5 signos de que vas perdiendo y qué hacer al respecto.

 

1. Te has llevado 3 puñetazos

Suena simple, pero créeme que ocurre en un segundo.

Si te llevas 3 o 4 golpes y eres incapaz de responder, vas a perder. Esto no es boxeo. En las situaciones reales todo sucede como una corriente de golpes.

Lo he visto una y otra vez, cuando el contrario se abre paso con más de 2 golpes suele ser el comienzo del fin.

 

2. Te tiemblan las piernas después de un puñetazo

Si nunca te han golpeado fuerte, quizás ésta sensación no te sea familiar.

Pero si te golpean lo suficientemente fuerte, comenzarás a tambalearte. Este es un sentimiento extraño, pero tus piernas se convierten en gelatina.

Si esto te pasa, debes actuar rápido ya que eres muy vulnerable al estar en esta situación.

¿Qué debes hacer?

Gánales la espalda y agárrales. Te llevará sólo unos pocos segundos aclararte y entonces podrás volver a la pelea.

 

3. Te han noqueado

Boom!!! Has recibido un fuerte golpe y ahora estás en el suelo.

Estás aturdido. Parece que hubiese caído una bomba, con un sonido atronador, y que te alejas del mundo, de la realidad.

Este es uno de esos momentos que mientras entrenas nunca te imaginas que llegará, pero aquí está y ¿ahora qué vas a hacer?

La respuesta es ¡cubrirse!

Permíteme que sea claro. Ahora no es el momento para intentar saltar. Así será como acabes noquedo. En lugar de eso necesitas cubrirte y asegurarte antes de hacer otro movimiento.

Conozco gente que dice “levántate pronto”, sin embargo piénsalo. Has sido noquedao por un gran golpe. Estás aturdido, en shock y estás herido.

No tiene sentido levantarse corriendo para pelear cuando acabas de ser abatido.

Este es el momento en que la versatilidad de tus habilidades básicas entra en juego. Cómo hayas entrenado para levantarte del suelo, qué nivel tengas para jugar en el suelo, y si puedes protegerte cuando el oponente está de pie.

Sin embargo, tampoco debes quedarte parado más de lo necesario. Debes moverte rápido pero sólo una vez te hayas recuperado un poco. Reconoce tu oportunidad (teniendo en cuenta tus entrenamientos) y levántate.

 

4. Sólo quieres que esto termine

No puedo expresar lo suficiente cuánto determina la reacción de tu mente en una situación de defensa lo bien que lo harás.

Si sólo estás pensando en que la pelea se pase y termine, acabarás perdiendo. Esta es la mentalidad de una víctima.

En su lugar, conviértete en el depredador.  No pienses en lo que quieres, tienes que volver a la realidad y hacer algo.

Por supuesto que nadie quiere tener que luchar por su vida, pero aquí estás. Así que, aprieta los dientes, y si te pega fuerte, devuélvele el golpe aún más duro.

¡Niégate a perder!

 

5. Sabes que vas perdiendo

Esta es una cuestión difícil de explicar, pero en una lucha por tu vida, debes darte cuenta en unos pocos segundos de que has perdido.

Permíteme que me explique.

A lo largo de los años he visto gran cantidad de incidentes en los que una persona era muy agresiva verbalmente y dispuesta a luchar y la otra ni mucho menos.

Después de unos cuantos puñetazos, el agresivo se retracta y quiere parar. ¿Qué pasa? Bueno, el agresivo sabe que le faltan armas y piensa que necesita parar antes de resultar herido.

He visto también en estos encuentros violentos que la persona adopta una forma de sumisión, girándose y mirando hacia el suelo y poniendo las manos en alto.

Esto me recuerda a un lobo doblegándose a su nuevo líder.

Si aún te es complicado hacerte a la idea, imagínate a alguien encendiendo una manguera y mojándote. Ese giro que usas para evitar mojarte es el mismo que usas en una pelea (cuando sabes que te han ganado).

Algunas veces, la otra persona es simplemente más fuerte, o golpea más duro, o tiene más habilidades. En este punto, ni todo el internet del mundo te ayudará a prepararte para esta sensación. Este es un sentimiento de final inminente. Ese sentimiento de que simplemente no puedes ganar y sólo esperas que no te hieran demasiado.

Así que ¿cuál es la solución?

Debes hacer algo completamente diferente. Puede ser correr, derribarle, agarrar un arma…lo que sea que necesites hacer.

Cambiar las cosas requiere un alto nivel de acción, pero estás perdiendo y lo sabes, así que necesitas un nuevo plan. Lo que estás haciendo no funciona y ¡NO FUNCIONARÁ!

Seguro que funcionaría contra otra persona, pero ahora mismo no está ocurriendo de la manera deseada.

Necesitas hacer algo completamente diferente porque si continúas por ese camino resultarás herido.

 

Conclusión

Todos entrenamos con la creencia de que si necesitamos usar nuestras habilidades en la vida real éstas nos funcionarán y estaremos seguros. La experiencia me dice que este no es siempre el caso.

Sin embargo, necesitas un plan para las ocasiones en que las cosas no vayan como a tí te gustaría e imaginarte cómo cambiarías esas situaciones para tener tu espalda a salvo.

Recuerda que en la vida real no hay árbitros.

Gracias por tu interés.

 

 

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